El herpes simple (del latín herpes, y del griego ἕρπης, «reptar»)1 es una enfermedad infecciosa inflamatoria de tipo vírico, que se caracteriza por la aparición de lesiones cutáneas formadas por pequeñas vesículas agrupadas en racimo y rodeadas de un halo rojo. Es causada por el virus herpes simplex, o virus herpes hominis, de tipo I (VHS-1) que afecta cara, labios, boca y parte superior del cuerpo, y de tipo II (VHS-2) que se presenta más frecuentemente en genitales y parte inferior del cuerpo.
Los síntomas que se presentan inicialmente son:
Sensación de calor, picor y aparición de color rosado.
Ampollas y granos dolorosos llenos de fluido en el área genital o rectal -en el caso del herpes genital-, en los labios, o en otras zonas corporales.
Pequeñas ampollas que se funden para formar una ampolla larga.
Costras amarillas que se forman en las ampollas al principio de la fase de curación.
Fiebre suave.
En el herpes genital:
Bultos en la ingle.
Disuria: Micciones difíciles y dolorosas.
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